Camino al trabajo

A veces es bueno voltear a ver el cielo aún cuando vas medio dormida.

La Raza de Bronce

La Ciudad de México ofrece eventos sui generis como éste, con los que te puedes topar después de tomarte un cafecito con tus amigos un sábado por la tarde.

¿Y las mujeres? se preguntará algún observador.

Apoyando la causa, ¡cómo no!

Aquí pueden ver un pequeño video.

Proyectos, proyectos

Empezar algo y olvidarme de ello, mi especialidad. Siempre tengo la certeza de que lo terminaré, al fin y al cabo la vida es larga, ¿qué no? Me gustan mucho las manualidades (…) así que siempre tengo algo que hacer, veamos algunos ejemplos.


Este lo empecé el año pasado, es un regalo que voy a hacer. Pensé que sería un buen detalle regalar algo que yo misma hiciera, así que ahí te voy de compras. Había muchos bordados de donde escoger y ¿ cómo no? tenía que escoger el mas grande. Cada vez que continúo trabajando en él, reniego de mi arrogancia, pinche lucida. Ahora es peor, porque mi cuñada apostó conmigo a que no lo voy a terminar para Navidad, si pierdo, tendré que hacer la limpieza de su casa durante un mes.

Este lo empecé hace unos meses, es el segundo de lo que serán cuatro gatos. Ya sé que parece un trabajo de niños, pero para mí es una obra de arte. Dibujar es algo que jamás se me dió (se nota), pero yo estoy orgullosísima de mis gatitos. Aunque ahora que lo veo en foto tiene las orejas muy grandes jaja.




Este lo empecé el mes pasado, va a ser un regalo también, y este SI lo voy a terminar para Navidad.

Este lo empecé en el 2001, es un separador de libros que compré en Stonehenge, traía el diagrama para bordar las famosas piedras pero no lo encuentro. De todos modos ni me estaba saliendo bien. De este no puedo decir si verá un buen fin.

Y mi favorito, un fleco para la pantalla de una lámpara que tiene como 9 años (gulp) que lo empecé.

I'm guilty.
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Misterio Develado

Cuando era niña nos llevaban a mis hermanos y a mí de paseo al Parque Lira, creo que cada quince días! No es que fuéramos pobres ni nada, es que nos gustaba la naturaleza…

Junto al Parque había una gran casa, con un portón de madera enorme, siempre cerrada. Todas las veces que visitábamos el parque, pasábamos junto al portón y nos imaginábamos qué habría adentro. Olía a viejo, y en mi desenfrenada imaginación de niña podía ver a personas vestidas como en el siglo pasado, viviendo su vida cotidiana en otro espacio y otro tiempo, ajenos al presente.

Sabíamos que la casa se llamaba “Casa de la Bola” pero eso fue todo lo que jamás supimos acerca de ella.

Hace algunos años por fin la abrieron al público. Desde que leí la noticia me propuse visitarla. No estoy segura de que en realidad quisiera saber que había dentro de ella, tal vez una parte de mí quería conservar el misterio.

Pero al fin este domingo me decidí y valió la pena.

La casa es en realidad en muchas formas tal como la imaginé de niña. Sólo faltaban sus habitantes, que fueron muchos a lo largo de su historia, pero sólo un único dueño desde 1942 quién vivía con 13 sirvientes.

Este señor era un excéntrico, pertenecía a una de las familias más ricas y de gran abolengo en México, dedicó gran parte de su vida a viajar y coleccionar obras de arte provenientes de todas partes del mundo. En la Casa de la Bola, él se propuso recrear el opulento, abigarrado y fastuoso modo de vida del siglo XIX, y lo logró.

Se dan visitas guiadas, las cuales entre semana tienen que ser concertadas con anterioridad, pero en domingo sólo debes esperar que se reúna un grupo de gente pequeño para entrar, yo esperé quince minutos. Nuestro guía, Oswaldo, de verdad sabe de lo que habla. Sabe todas las intimidades de las obras de arte, su origen, la manera en que se realizaban, las influencias que tenían, dónde y cuando fueron adquiridas, etc.

Lo único malo es que no te dejan tomar una sola foto, ellos venden postales y folletos para poder financiar el mantenimiento del lugar, el cual debe de ser muy muy caro. Pero no dijeron nada del jardín y yo no leí (o hice como que no había leído) que no se pudieran tomar fotos ahí y mientras esperaba tomé estas fotos.

Hay un reportaje aquí y un video aquí.

Visto en Chilangopan

Salgo un día a trabajar y me encuentro con esto:

Interesante -pensé- usar arte para anunciar un espacio publicitario, (en realidad creo que sólo pensé algo así como "chido").

Y al día siguiente encuentro esto:

Cuando lo ví pensé...bueno, nada en realidad, ¿qué demonios se supone que debe uno pensar?

Calaverita

Estaba la flaca contrita
Pensando en a quién chingar
Cuando se acordó de Irenita
Escondida en algún lugar.

Ahí te va la pobre muerte
Buscando sin encontrar
A la que si tiene suerte
Al Hades podrá llevar.

Mientras que la niña aprende
Jardines a engalanar
Vemos a la triste muerte
Su camino equivocar.

¡Ay! mi parca tan temida
Muchos años has de esperar
Porque de mi hija querida
¡Sólo yo me he de prendar!